¿Cómo se obra un milagro? En Perú, primero, tiene que ser octubre y, luego, hay que abrazar con una fe inquebrantable a un equipo que nos hace llorar en la misma medida ya sea de alegría o tristeza. Se llama selección peruana, bien podría llamarse “Amor a prueba de balas”.
Así se obra un milagro. Minuto 88 y en Lima la humedad hace que el frío se sienta más frío. El balón queda suelto por enésima vez en el partido. Uruguay se repliega dentro de su área con todas las fuerzas que le quedan. El ‘León’ Zambrano mira que Quispe está solo en la banda derecha y lanza un pelotazo. Todo el Perú espera el centro. Costa, sierra y selva. Fossati aprieta el crucifijo que le cuelga del cuello. Corzo se pone de pie en el banco de suplentes. Piero, entonces, luce el botín derecho, toma aire y tira el centro más hermoso de su carrera. En el corazón del área aparece Miguel Araujo como un tren y cabecea. Empujamos todos. El taxista que escucha el partido en la radio. El vendedor ambulante que sigue caminando a estas horas de la noche. La señora de la bodega que sigue atendiendo y que se abraza al televisor para celebrar el gol más gritado del 2024. Todos.