En un momento histórico para la Iglesia Católica, el cardenal Robert Francis Prevost ha sido elegido como el nuevo Papa, tomando el nombre de León XIV. La esperada fumata blanca apareció el 8 de mayo desde la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo la elección del 267.º sucesor de San Pedro.
León XIV es el primer Papa estadounidense y el segundo originario del continente americano. Nacido en Chicago en 1955, con raíces franco-italianas y españolas, dedicó gran parte de su vida pastoral al servicio en Perú, donde fue obispo de Chiclayo y obtuvo también la nacionalidad peruana. Hasta su elección, se desempeñaba como prefecto del Dicasterio para los Obispos.
Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el cardenal Dominique Mamberti pronunció el tradicional “Habemus Papam”, y minutos después León XIV se asomó por primera vez ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, ofreciendo su bendición “Urbi et Orbi”.
En su primer mensaje, el nuevo Papa rindió homenaje al Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril, y reafirmó su compromiso con la paz, la justicia y la inclusión. Además, dedicó unas palabras en español a la comunidad latinoamericana, especialmente a los fieles de Chiclayo, con quienes compartió años de servicio pastoral.
El nombre elegido, León XIV, evoca a León XIII, conocido por su encíclica social Rerum Novarum y su defensa de los derechos de los trabajadores. Esta elección parece señalar una continuidad con el espíritu reformista y social del pontificado anterior.
Con la celebración de la misa inaugural en la Capilla Sixtina, comienza una nueva etapa para la Iglesia Católica bajo el liderazgo de un pontífice que une experiencia pastoral internacional, sensibilidad social y una visión de unidad global para los desafíos del presente.
